miércoles, 21 de octubre de 2009

Gracias señor taxista

El sábado pasado, por la mañana, recibí un buen susto por parte de mi madre.
Os cuento:
Mi madre es diabética- insulino dependiente desde los 25 años y, de vez en cuando, nos da algunos quebraderos de cabeza con esto de las hipoglucemias.
Bien, pues había pasado, yo, la noche de juerga y aún no había ido a casa cuando me llama Uzume, toda asustada porque la abuela tenía una hipoglucemia severa y no quería tomarse el azúcar.
La pobre Uzume se cansó de mirar en los frigoríficos buscando el glucagón (Hormona usada en estos casos para subir los glúcidos en sangre y poder suministrar, después una dosis adecuada de azúcar.) y resultó que no había.
Con los nervios, la pobre, no atinó a hacer otra cosa que llamarme a mí.
Le tube que decir que llamase al 061 y, mientras tanto, yo iba subiendo a casa.
Bueno pues cuando salí a la calle no pasaba ningún taxi libre (Es bien cierto que no era momento de esperar demasiado a que pasase ninguno, claro) así que llamé a la compañía de taxis que tengo metida en la memoria del móvil desde que vivo en Zaragoza.
La chica que gestionó la llamada fue muy atenta. Le dije que me enviase un taxi que era urgentísimo y, la verdad, antes de dos minutos tenía el servicio, ya, en la puerta de casa.
Se me debía notar bastante que había algún tipo de problema y, además, tenía que ir cerciorándome de que todo iba como cabía esperar. El taxista actuó de maravilla. Evitó todas las aglomeraciones de tráfico posibles y, además, fue más deprisa de lo marcado por la ley para llegar a la dirección que yo le había dado lo más rápido posible.
Cuando entrabamos en el barrio vimos una ambulancia, con las luces y la sirena puesta y a mí se me escapó en voz alta.... "Esa ambulancia va a casa, seguro". bueno pues el buen taxista se puso detrás de ella y, conforme abanzábamos íbamos viendo que yo tenía razón.
Llegamos a casa a la vez que la ambulancia.
Se portó el taxista, si señor.
Le pagué la carrera y, como siempre, al bajar del taxi, le deseé lo que les deseo siempre... "buen servicio". De lo que no consigo acordarme, dado el momento crítico es si le dí las gracias o no, pero, ya que tengo este blog, voy a agradecérselo desde aquí.

¡¡¡Muchas gracias, señor taxista!!!.

Pochoncicos.

5 comentarios:

  1. wivith-
    Espero que tu madre ya se encuentre recuperada, esos problemas son un poco fastidiosos.
    La verdad que siempre encuentras personas atentas, que comprenden el problema que se sienten en la necesidad de aliviar de ayudar.
    ¡Bien por el taxista!
    Yo también le mando un abrazo.

    Para ti mi niña , tu madre y Uzume os mando mi cariño.

    Te quiero, muchos pochoncitos.

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  2. Hola Mª Luisa:
    Mi madre ya está bien, pero se pasó dos días que le costó remontar la crisis y nosotras tana pendientes de ella como si fuera una cria de 4 años.
    El taxista un 10, desde luego.

    Pochoncicos.

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  3. Me alegro por tu madre Wivith... Lo del taxista, normal en el 99% de nosotros.

    Un abrazo.

    Me tienes que explicar lo de pochoncicos y acarrazadas esas...

    Me lo imagino, pero es mejor hablar con propiedad

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  4. VAYA SUSTO AMIGA WIVITH Y GRACIAS A LA PILAR TODO BIEN
    BESOS CON ABARAZOS PA LAS DOS

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  5. Hola Hataros:
    Mi madre me tiene acostumbrada a este tipo de sustos, lo cual no implica que me siga asustando y, además, le pilló a Uzume, sola, en casa, con ella.
    Las cosas como son: Yo me había ido de juerga y aún no había vuelto, pero lo que no se puede hacer es encerrarse en casa por miedo a que le den las bajadas de glucosa.

    Pochoncicos.

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